Fortificaciones y cuidades ideales
En la evolución del urbanismo y la arquitectura de defensa, las fortificaciones y los espacios públicos no solo se diseñaban para verse bien. Tenían un propósito práctico. Arquitectos como Francesco Di Giorgio influyeron en cómo se hacían las ciudades fortificadas y las plazas. Buscaban un equilibrio entre protección y comunidad. La planificación no era solo estética, sino también sobre cómo la gente podía moverse y sentirse segura. La arquitectura de defensa no solo se trataba de muros; era construir lugares donde la gente pudiera convivir. Así, se lograron ciudades que eran seguras y agradables para vivir. La primera propuesta habla de cómo las fortificaciones medievales y renacentistas eran más sobre necesidades tácticas que estéticas. En la Edad Media, las ciudades estaban rodeadas de muros y torres que formaban sistemas de defensa complejos. Las calles eran irregulares y sin planificar, diseñadas para dificultar el acceso del enemigo. La fortificación no solo